¿PARA QUÉ SIRVE LA VENTILACIÓN MECÁNICA EN UNA VIVIENDA?

Esta es una de las preguntas estrella a la hora de ejecutar una vivienda. En un anterior post dedicado a la ventilación, se explicó que ésta, fundamentalmente cubre dos necesidades, por un lado, sirve para sustituir el aire viciado y contaminado que se genera en el interior de los edificios y por otro, contribuye a reducir el sobrecalentamiento que se puede producir en verano en el interior de las viviendas, mediante la recirculación del aire. Es decir, instalando un sistema de ventilación mecánica lo más eficiente posible, los usuarios de una vivienda dejarían de tener la obligación de abrir las ventanas para renovar el aire o para refrescarla, ya que la instalación se encargaría de hacer esta operación.

La acción de abrir las ventanas para ventilar la vivienda en climas templados es algo que se produce de forma habitual tanto en invierno como en verano, es un ejercicio que la mayoría de las personas que viven en este tipo de climas han adoptado como una costumbre y que se debe fundamentalmente a la inexistencia de un sistema de ventilación en el interior de las viviendas que propicie la renovación del aire interior. Hasta la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE) en 2.006, el único sistema de ventilación que se hacía, a excepción de la ventilación en las cocinas, era la de los locales húmedos que no tenían ventana. Por ejemplo, cuartos de baño interiores, donde se colocaban unas rejillas cerca del techo, conectadas con conductos verticales comunicados con la cubierta de los edificios, por donde salía el aire viciado. En estas viviendas se considera que se produce una ventilación natural de esos locales, propiciada por la entrada de aire que se produce cuando se abren las ventanas o por las infiltraciones constantes que existen en el interior del edificio, producida por juntas y pequeñas aperturas en la fachada del edificio, como pueden ser instalaciones mal selladas o carpinterías exteriores por donde en muchos casos entra aire aun estando cerradas. En el resto de los recintos de estas viviendas, la única forma de eliminar los contaminantes o malos olores que se producen es mediante la apertura de las ventanas.

Esquema de Infiltraciones en una vivienda

Fuente: Conservación de Energía en Viviendas y Edificios.

En la actualidad, debido por un lado a la mejora de la normativa y por otro a la concienciación cada vez más relevante de la sociedad en lo relativo a la eficiencia energética y al ahorro de energía, las viviendas cuentan con carpinterías exteriores de mayor calidad que reducen las infiltraciones de aire, por lo que la ventilación natural de la vivienda que se producía de una forma descontrolada y sin el suficiente conocimiento de sus usuarios, se vuelve ahora algo más dificultosa. A esto, se une tanto la existencia de equipos de climatización cada vez más habituales en las viviendas, como la mejora en el aislamiento de los edificios, cuyo objetivo final es conseguir reducir las pérdidas de energía y mantener un óptimo confort interior de los usuarios, con un menor funcionamiento de los equipos de climatización.

Por lo tanto, la habitual acción de abrir las ventanas se vuelve ahora una operación ineficiente, ya que favorece la perdida de energía de una forma descontrolada, ocasionando para los propios usuarios de la vivienda un aumento en su factura energética. Por ejemplo, en invierno abrir las ventanas por la mañana supone perder en pocos minutos todo el calor acumulado durante la noche, que debe ser recuperado mediante la puesta en funcionamiento de la calefacción. Del mismo modo en verano, también se pierde la energía acumulada que se puede haber conseguido mediante la utilización de equipos de aire acondicionado.

Por otro lado, en épocas de verano donde se busca reducir el calor que puede acumularse en el interior de los edificios, la existencia de un sistema de ventilación puede también ayudar, con un menor gasto, a refrescar la vivienda mediante la recirculación del aire, reduciendo de este modo las horas de funcionamiento de los equipos de climatización.

Así pues, la ventilación mecánica en una vivienda sirve para eliminar el aire viciado o contaminado y reducir, en determinadas épocas del año, el sobrecalentamiento. Todo ello de una forma controlada que, en función del sistema de ventilación utilizado, puede llevar incluso a eliminar la totalidad de pérdidas de calefacción o refrigeración producidas durante las renovaciones de aire.